La incorporación de fibras a materiales de construcción a base de cemento no es nada nuevo. La primera patente de un hormigón armado con acero data del año 1872. En el siglo 20. se ha experimentado mucho con distintos tipos de fibras. Sin embargo no ha sido hasta estos últimos años cuando se han desarrollado los primeros modelos concluyentes y con base científica para el diseño específico de hormigón compuesto reforzado con fibras. Combinándolos con el análisis de materiales de construcción y la tecnología de procesos modernos, estos enfoques permiten el desarrollo especializado de materiales compuestos innovadores de alto rendimiento a base de cemento. La utilización de este nuevo tipo de hormigón podría suponer una revolución tanto para el diseño, la construcción y el dimensionamiento, como para la renovación de construcciones para usos específicos. En este texto presentamos dos nuevos tipos de hormigón reforzado con fibras que ilustran con especial claridad los avances técnicos alcanzados en este tipo de hormigones.