Es un hecho conocido que las condiciones óptimas de secado para el hormigón se basan en temperaturas entre 30°C y 50°C, una humedad relativa del aire adecuada y un modo cualquiera de circulación de aire. El contenido de hormigón también es un factor importante. Posteriormente se hará mención al respecto en este artículo. Para la producción de adoquines, la temperatura estándar se sitúa entre 30°C y 40°C. Las oscilaciones de temperatura pueden ser la causa de problemas graves, como por ejemplo, variaciones en la solidez y en el color como consecuencia de diferentes grados de curado. El porcentaje óptimo para la humedad relativa del aire debe mantenerse entre el 85% y el 95%. Se deberá evitar la saturación completa del aire con una humedad del 100%, ya que esto provocará la condensación que actúa de nuevo de manera negativa sobre las superficies de hormigón y los componentes metálicos. Ante todo, es importante mantener la estabilidad de la circulación del aire, debido a que sin movimiento, el aire caliente y el vapor tienden a subir. En este caso, se desarrolla una cantidad excesiva de “puntos muertos” calientes y húmedos. Como consecuencia, la parte superior de las cámaras está considerablemente más caliente que la zona del suelo. Esto puede llevar a tiempos de secado involuntariamente más cortos en la parte superior de la cámara y tiempos de secado claramente más largos en la parte inferior de la cámara.