Hoy por hoy, el hormigón autocompactante (HAC) se usa a nivel general en la industria del hormigón. El hormigón autocompactante es un invento japonés, cuyo desarrollo se remonta al año 1980. Antiguamente era muy habitual tener que sanear estructuras de hormigón que presentaban deficiencias tras apenas 20 años de vida. El deterioro prematuro del hormigón en Japón se convirtió en un problema que afectaba a todo el sector económico. Las causas parecían estar en las deficiencias de material y de construcción y la consecuencia fue una investigación ininterrumpida sobre la durabilidad de las estructuras de hormigón. Según Okamura, antiguo profesor de la Universidad de Tokio, la mayor parte de las deficiencias del hormigón se deben a errores humanos, especialmente en la compactación. Opinaba que se requería una solución fundamental para evitar este problema y para aumentar la durabilidad del hormigón. En el transcurso de la investigación sobre la procesabilidad del hormigón desarrolló el HAC que es utilizado actualmente.