Se considera que la construcción con hormigón consume muchos recursos y CO2. Esto depende fundamentalmente de las materias primas, específicamente del clínker de cemento, de cuya producción mundial resulta el 5% de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero [1]. Por consiguiente se investigan estrategias para el desarrollo de hormigones con carga de CO2 reducida, en las cuales se sustituye parcial o completamente la parte de clínker en el cemento o el contenido de cemento en el hormigón por adiciones inertes o reactivas (cenizas volantes, polvo de piedra caliza, etc.). De estas investigaciones surgieron varios planteamientos que están a disposición del usuario para el desarrollo de hormigones de bajo CO2. [2, 3] No obstante, actualmente la aplicación de hormigones con carga de CO2 reducida prácticamente no es posible, o solo lo es de forma muy limitada. Esto se debe principalmente a tres factores: I) Los hormigones con carga de CO2 reducida tienen un contenido mucho menor de cemento, que es menor al límite establecido en las normas europeas para asegurar una suficiente durabilidad. Por este motivo, la comprobación descriptiva del rendimiento estipulada en estas normas no se puede cumplir. II) Mediante la sustitución del clínker por materiales alternativos, se modifica el rendimiento (p. ej. la durabilidad). Por esta razón, para el caso de aplicación especial es necesario determinar el contenido de cemento necesario del hormigón, teniendo en cuenta el rendimiento requerido. III) Debido a la sustitución del cemento, para un mismo contenido de agua aumenta el valor de agua/cemento. Por este motivo es necesario reducir el contenido de agua y utilizar el agua restante de forma eficiente para la formación de la consistencia. En este sentido faltan conceptos sencillos y prácticos. Por lo tanto, se requiere un concepto de valoración integral y objetivo, que determine la sustitución máxima de clínker, teniendo en cuenta el rendimiento requerido para cada caso de aplicación, y la correspondiente carga de CO2 del hormigón. En un proyecto de investigación conjunto de los institutos tecnológicos de materiales de construcción de las tres Universidades de Baja Sajonia (Braunschweig, Hanóver y Clausthal), se están desarrollando las bases para este concepto de valoración. En el marco de las investigaciones también se creó un concepto de diseño para hormigones con carga de CO2 reducida, para estimar el rendimiento de los hormigones ya en el proceso de diseño. El principal objetivo es el desarrollo de hormigones normales con CO2 reducido, que sean aptos para el uso diario, tengan un amplio espectro de aplicaciones y cuyo concepto de mezcla sea aplicable a nivel mundial. Ya que solo con una aplicación a gran escala es posible lograr una reducción considerable de la carga de CO2 en el sector de la construcción con hormigón. Los productos para nichos del mercado, con cargas de CO2 muy reducidas u hormigones especiales, cuyas cantidades de aplicación en comparación son mínimas, solo pueden contribuir en menor medida en relación al cambio climático.
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