Desde hace varios años, los revestimientos interiores de polietileno (PE) han dado excelentes resultados en tubos de hormigón para tuberías de agua y aguas residuales, con diámetros de 200 mm a varios metros. Gracias a la fijación de las placas en el hormigón mediante anclajes o salientes de anclaje se produce un compuesto de materiales, que combina de forma idónea las ventajas del hormigón con las del PE. Mientras que el hormigón rígido soporta las cargas mecánicas, el revestimiento de PE asegura la protección anticorrosiva y una estanqueidad duradera. La capa interior de PE se caracteriza además por un excelente comportamiento frente a la abrasión y una reducida resistencia a la fluencia. Finalmente, mediante la capa interior termoplástica se optimiza y asegura de forma sostenible la vida útil de las tuberías (>100 años). Las ventajas del revestimiento interior de PE se demostraron claramente mediante estudios sistemáticos y comparaciones con otros sistemas de revestimiento. En los ensayos de corrosión realizados se demostró que el PE es adecuado incluso para aguas residuales agresivas y que por este motivo protege al hormigón de forma duradera al contrario que otros sistemas. Los ensayos mecánicos probaron que el PE impermeabiliza el sistema de tuberías de forma duradera incluso cuando ya existen fisuras en el hormigón. Las denominadas estructuras superficiales biónicas, que evitan las sedimentaciones en el fondo, añaden otras ventajas adicionales. Las placas protectoras para hormigón pueden introducirse durante la fabricación de los tubos de hormigón. Estos pueden colocarse luego de forma especialmente económica mediante un avance de tubo con tecnología sin zanjas. Los revestimientos interiores (inliner) de PE de los tubos individuales pueden soldarse a posteriori, logrando un sistema de conductos impermeable y una protección anticorrosiva duradera de los tubos de hormigón.