A comienzos del año 2007, la empresa francesa Plattard decidió modernizar sus máquinas de producción para mejorar la calidad y aumentar la productividad y la versatilidad. Se especificó una línea de producción para fabricar bloques y bordillos de hormigón sobre bandejas de producción con una tolerancia en la altura inferior a un milímetro. Tras un tiempo de curado de 36 a 48 horas, los bloques de hormigón se debían tratar en la línea de producción. El sistema de empaquetado debía ocupar poco espacio y ser apto para diferentes productos. Finalmente la máquina debía alcanzar una capacidad de producción de 60 bloques por bandeja de producción en menos de 60 segundos dentro de un circuito de producción cerrado.