Durante los últimos 35 años el hormigón ha pasa-do de ser un sistema de tres componentes a convertirse en un sistema de cinco componentes. Ahora, además del cemento, los áridos y el agua, las adiciones y los aditivos también forman parte obligada de los componentes del hormigón. El empleo de cenizas volantes como adición del hormigón es la última innovación de la técnica. La cantidad de cerca de tres millones de tonela- das de cenizas volantes empleadas al año en Alemania para fabricar el hormigón es una muestra de la elevada aceptación de las cenizas volantes de acuerdo a la norma DIN EN 450 [1]. Gracias a sus propiedades específicas, el uso de cenizas volantes contribuye a mejorar las propie-dades tanto del hormigón fresco, como del endu-recido y permite llevar a cabo una fabricación económica del hormigón.
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