A pesar de que el mundo actual está centrado en la tecnología y los negocios rápidos, no se puede ignorar que el concreto y los productos de concreto son una de las bases para la "construcción del hábitat humano", es decir, la transformación de los recursos del planeta en pro- ductos básicos, ambientalmente amigables y económicamente productivos, que le permitan vivir en las mejores condiciones. Y parece que así va a continuar así por muchos años, puesto que ningún producto alternativo ofrece tanto por el mismo bajo costo que los productos de concreto. Tratando de hacer que esta tecnología de construcción sea compatible con el mundo tecnológico, productivo, rápido, eficiente, y orientado comercialmente, no se pueden olvidar las características básicas de la construcción prefabricada y la manera como contribuye a un mundo mejor. Su "esencia" es una serie de "unidades individuales", parecidas a rocas, colocadas juntas, una al lado de la otra, para crear "unidades constructivas" más grandes y con éstas "obras" completas. Sin embargo, las unidades básicas no se venden como materias pri- mas ni como productos terminados o de alta tecnología. Y ni siquiera son "productos terminados". Son "componentes" de sistemas estruc- turales (los adoquines de pavimentos de adoquines de concreto y los bloques de una pared u otra estructura de mampostería de concreto). Estos productos de concreto no responden a las estrategias de mercadeo y de publicidad, de la misma manera que los productos de con- sumo masivo. Requieren de una argumentación bien estructurada, particular para cada producto, proyecto y dueño, compradores interme- dios, contratistas finales y subcontratistas, lo que da lugar a un número casi que infinito de combinaciones, enfocadas, de todas maneras, a satisfacer las expectativas de los dueños de los proyectos.