La elaboración de hormigón parece ser un proceso sencillo. Pero ¿es realmente tan fácil elaborar buen hormigón? Evidentemente no existe ninguna definición exacta de lo que es un «buen hormigón», pero se dice que un buen hormigón es aquel que satisface tanto al cliente como al fabricante. La clave de la producción de hormigón es asegurarse de que se mezcle tal y como se especifica en las instrucciones de mezcla, es decir, que se consigan las cantidades especificadas (concepto clave: cantidad de producción efectiva). La cantidad de producción efectiva es extremadamente importante dado que no solo repercute en la rentabilidad de una instalación mezcladora y en la satisfacción del cliente, sino también en la calidad del hormigón. Para ello es especialmente importante que la cantidad total de agua, que consta del agua de mezclado y de la propia humedad de los áridos, se corresponda exactamente con la fórmula especificada de la mezcla cada vez que se realice una mezcla de hormigón nueva.